Sonos: reutilizar frente a reciclar

IMAGE: Sonos

Una de las marcas de electrónica de consumo que más está creciendo en los últimos tiempos, Sonos, conocida por sus altavoces conectados, se ha convertido en objeto de una fuerte polémica debido a una interpretación radical de la obsolescencia programada. Recientemente, la marca inició un programa de ofertas consistente en importantes descuentos para quienes actualizasen sus dispositivos antiguos de la marca a uno de los nuevos dispositivos de su nueva gama, a los que podían acceder únicamente si ejecutaban en ellos una rutina llamada «de reciclaje», que los inutiliza completamente.

El problema fue puesto de manifiesto a través de Twitter por un usuario que trabaja en un centro de reciclaje, que se dio cuenta de que los dispositivos Sonos que le traían únicamente podían ser despiezados, sin posibilidad de reutilización o reventa alguna. La marca aduce que esos dispositivos carecen de funcionalidades fundamentales para garantizar una experiencia adecuada a sus usuarios y que deben ser reemplazados, pero a nadie escapa que, en realidad, lo que la marca hace es impedir una reventa de sus productos que podría perjudicar sus intereses de expansión. Una interpretación sumamente estricta de la obsolescencia programada, que impide un mercado secundario que, desde un punto de vista de sostenibilidad, sería preferente a la opción de enviar esos productos directamente a la basura.

La marca, que utiliza además el eslogan «la sostenibilidad no es negociable», opta por forzar a sus usuarios a desactivar de manera permanente sus dispositivos si quieren optar a intercambiarlos por otro nuevo, y los condena así a ser desmontados o tirados a la basura en lugar de darles una potencial segunda vida en manos de usuarios menos exigentes. La compañía ofrece como opciones dejar los dispositivos en un centro de reciclaje, en un distribuidor para su recogida o enviarlos directamente a la marca con franqueo prepagado.

¿Cómo de estrictas deben ser las marcas a la hora de controlar lo que ocurre con el ciclo de vida de sus productos? El mercado secundario posibilita que muchos usuarios que no pueden acceder a determinados dispositivos debido a su precio puedan plantearse adquirirlos a precios inferiores, y hace posible con ello prolongar la vida útil de esos productos, evitando así la generación de basura. ¿Tiene sentido que una marca adopte una actitud tan enormemente celosa con respecto al mercado secundario de sus productos que condene a productos perfectamente funcionales a la basura? ¿Debería Sonos cambiar esa política?



Enrique Dans
Enlace: Sonos: reutilizar frente a reciclar

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