Política medioambiental, tecnología e inversión

IMAGE: BlackRock HQ (CC0)

La carta anual de 2020 a los CEOs mundiales del Consejero Delegado y CEO de BlackRock, Larry Fink, trae una sorpresa muy interesante y prometedora: anuncia que la compañía, el mayor fondo de inversión del mundo con casi siete billones de dólares bajo su gestión directa, evitará invertir en aquellas empresas que presenten un alto riesgo relacionado con la sostenibilidad o que no sean transparentes a la hora de reportar su posición con respecto a objetivos medioambientales. Las compañías, por ejemplo, que posean activos relacionados con la explotación del carbón, dejarán de tener la posibilidad de acceder a inversiones de BlackRock. Pero el fondo de inversión no pretende presionar únicamente a compañías energéticas, sino a lo largo de todas las industrias y también a otros fondos de inversión, e incluso habla de utilizar su posición como inversor en los consejos de administración para desafiar a las directivas que no corrijan sus posiciones en este sentido y tratar de forzar su sustitución por directivas más conscientes en este sentido.

Vale la pena leer la carta original, que habla de cómo la evidencia del riesgo medioambiental actual está llevando a los inversores a una «remodelación fundamental de las finanzas». La idea de BlackRock es presionar a las compañías para que divulguen los planes tangibles y medibles que tienen para operar en un escenario en el que el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a menos de dos grados se cumpla plenamente. Lo que Naciones Unidas no parece ser capaz de conseguir con tantas convenciones que terminan en nada, podría comenzar a convertirse en realidad gracias a la acción de los fondos de inversión, verdaderos actores de peso en la financiación y capitalización de muchísimas compañías en todo el mundo.

Un día después, una compañía como Microsoft, de las pocas en el mundo con una capitalización bursátil por encima del billón de dólares, anuncia su propósito de convertirse en negativa con respecto a sus emisiones de dióxido de carbono en el año 2030, de ser capaz de compensar todas sus emisiones históricas de dióxido de carbono en 2050, y constituye un fondo de mil millones de dólares para la innovación tecnológica en este sentido.

El vídeo publicado por Microsoft explica muy claramente los parámetros importantes, los tipos de emisiones, y por qué es importante que todas las compañías pongan en marcha programas de reducción: más presión para las que no hagan nada, y más información para que los consumidores tomemos acción directa con nuestro consumo sobre ellas.

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Las cosas están cada día más claras, y el escepticismo o el negacionismo climático tiene cada vez menos sentido. Es el momento de entender que las cosas son como la ciencia dice, no como pretendían los divulgadores de desinformación, los lobbies del petróleo o los falsos profetas.

Es tiempo de actuar.



Enrique Dans
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