Guía para emprendedores cinéfilos: las películas que no te puedes perder
Las mejores películas. Es lo que hoy os proponemos. Una selección de todos esos títulos que a lo largo de la historia del cine reflejan el mundo de las empresas, la iniciativa emprendedora, la organización del trabajo, los de arriba y los de abajo. Películas que hablan de crisis económicas, de especulación financiera y de la ganancia de unos a costa de otros, pero también que hablan de grandes ideas, de relaciones humanas y de pequeñas o grandes rutinas diarias.
Más que clásicos
La revolución industrial, sus avances tecnológicos pero también las duras condiciones de trabajo fueron reflejadas en el cine desde el primer momento. Tanto es así que la que se considera como primera película de la la historia no es otra que “Salida de los obreros de la fábrica”, una secuencia de poco menos de un minuto rodada por los famosos hermanos Lumière en 1895.
Más allá de este experimento, la auténtica crudeza de la revolución industrial la muestra en clave de comedia Charles Chaplin en “Tiempos modernos” (1936), película que refleja por un lado el estado de precarización en la que vivían los trabajadores tras la gran depresión y por otro, la mentalidad de unas empresas en las que el obrero literalmente sólo era una parte más del engranaje.
“Ciudadano Kane” (1941) la monumental obra de Orson Welles profundiza en la figura del gran empresario de la época. El magnate de los medios de comunicación, Charles Foster Kane, se presenta como hombre hecho a sí mismo, cuando en realidad no es más que empresario sin escrúpulos que ansía el poder político, alineando el poder que tiene su gran holding empresarial, a sus propios intereses personales.
Mucho más divertida resulta “El apartamento” (1960) de Billy Wilder que si bien no gira entorno al mundo del trabajo, tiene una estupenda secuencia inicial que muestra perfectamente cómo era la oficina de la época: decenas de mesas idénticas, ordenadas de forma simétrica, en la que miles de trabajadores anónimos realizan un trabajo repetitivo y poco gratificante.
La locura de los años 80
Los desmanes bursátiles, los yuppies que caminaban a sus anchas por Wall Street, la falta de regulación de unos mercados se hundieron en el famoso “lunes negro” (19 de octubre de 1987) y la especulación salvaje de esos años han encontrado su reflejo en muchas películas de éxito.
Una de las más famosas es “Wall Street” (Oliver Stone – 1987) en la que un imprescindible Michael Douglas interpreta a Gordon Gekko, tiburón de las finanzas, cuyo lema “la codicia es buena” se convertiría en el lema de toda una generación.
Mucho más reciente, “El lobo de Wall Street” (Martin Scorsese – 2013) cuenta la vida real de Jordan Belfort, personaje célebre por haber sido acusado y declarado culpable por manipulación del mercado de valores, lavado de dinero y otros delitos relacionados con las altas finanzas a mediados de los años 80.
El glamour de Silicon Valley
A principios de los años 90, una pequeña región de California, encuadrada en la bahía de San Francisco, entra en ebullición. Comienza el fenómeno de Silicon Valley. IBM, Apple, Microsoft o Xerox se convierten en las primeras compañías tecnológicas que años más tarde darán lugar a lo que se conoció como la burbuja puntocom y más tarde, la meca del emprendimiento.
Los inicios del Valley los refleja como nadie “Piratas de Silicon Valley” (Martyn Burke – 1999) una película que podría perfectamente ser considerada de serie B si no fuera porque se ha convertido en uno de los mejores testimonios de la guerra que libraron Apple y Microsoft en los inicios de lo que hoy conocemos como informática moderna.
La figura del emprendedor de Silicon Valley ha sido reflejada también en títulos como “La red social” (David Fincher – 2010) en la que se cuenta de forma brillante los orígenes de Facebook y la curiosa personalidad de Mark Zuckerberg o en los recientes biopics sobre la figura de Steve Jobs: “JOBS” (Joshua Michael Stern – 2013) y la premiada “Steve Jobs” (Danny Boyle – 2015).
El lado más divertido de Silicon Valley sin embargo no lo encontramos en una película, sino en su serie homónima. “Silicon Valley” producida por HBO retrata de una forma realmente divertida todos los clichés, los excesos y la atmósfera general que se vive en ciudades como Palo Alto o San Diego.
La crisis económica
La crisis económica que lleva azotando al mundo entero, desde que en 2007 quiebra Lehman Brothers afectada por la estafa de las hipotecas subprime, también ha dado grandes momentos para la historia del cine. Rescatamos en esta sección tres películas que se encuentran en un nivel superior.
“Inside Job” (Charles Ferguson – 2010) se presenta como un documental en el que grandes figuras de las finanzas (desde la actual directora del FMI Christine Lagarde, hasta el ex director de la reserva federal de Estados Unidos, Ben Bernanke) dan cuenta de un sistema político y económico que no da más de sí, que falla en su misma base, origen de la creciente desigualdad que vivimos y lo que es peor, que produce políticas ad hoc para perpetuar esa desigualdad.
En “Margin Call” (J.C. Chandor – 2011) la acción se sitúa al principio de la crisis financiera, cuando un analista menor de una gran multinacional descubre que se se están dando las condiciones para una “tormenta perfecta”. Informados sus superiores, el dilema que se plantea es el siguiente: o quiebra la empresa provocando miles de despidos, o se deshacen en 24 horas de todos sus activos tóxicos, convirtiéndose automáticamente en multimillonarios y quebrando como consecuencia el resto del sistema.
Finalmente en “La gran apuesta” (Adam McKay – 2015) nos encontramos ante la crisis de las hipotecas subprime y cómo una de las industrias más grandes del planeta (la inmobiliaria) se encuentra en realidad construida sobre una burbuja. La cinta pretende mostrarnos la absurda, hilarante y depresiva verdad sobre la crisis financiera global de 2008 y el lado más oscuro del sistema bancario, y cómo hubo quienes, ante el colapso de las grandes firmas financieras, buscaron sacar tajada del incipiente caos económico.
Rutina, tristeza, realidad y algunos momentos de felicidad
Para el final hemos querido dejar esas películas que se centran en el lado más humano del trabajo. Títulos que analizan las relaciones personales que se forman en espacios en los que pasamos más de 40 horas semanales, pequeños y grandes dramas cotidianos, miserias, asperezas y también, aunque sean los menos, pequeños momentos de felicidad.
Brilla con luz propia en esta categoría una cinta como “Up in the air” (Jason Reitman – 2009) en la que un gran George Clooney recorre medio país a bordo de un avión con una misión: ayudar a las empresas a reducir su plantilla de la forma menos dramática posible (lo que se conoce como Outlplacement) y que está plagada de guiños que reflejan ese aislamiento y en cierta medida desconexión emocional en el que nos obliga a vivir el trabajo moderno, profundizando en algunos de los temas que se planteaban en “Lost in translation” (Sofia Coppola – 2003).
Sorprendente y original resulta la española “Smoking Room” (Roger Gual – 2002), pequeño drama que gira entorno a la propuesta que un trabajador hace a su empresa para que habiliten una habitación en la que se pueda fumar. Sin salir de nuestro país, en “El método” (Marcelo Piñeyro – 2005) asistimos a una clase magistral de lo cruel que puede llegar a ser una entrevista de trabajo y finalmente en “Trabajo basura” (Mike Judge – 1999) descubrimos sin dejar de reír durante la hora y media que dura la película, cómo dejar tu trabajo porque no lo soportas, tal vez no es la mejor idea.
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