¿Cansado de Windows? Te enseñamos cómo migrar tu oficina doméstica a Linux
Le has dado una oportunidad pero Windows 1o no te acaba de convencer. Quieres probar algo diferente. Y probablemente alguien te lo ha comentado. ¿Por qué no pruebas Linux?
Es un sistema operativo muy estable, tremendamente seguro, fácil de utilizar y cuenta con miles de aplicaciones con las que resolver prácticamente cualquier tarea. Además es software libre y has leído que la inmensa mayoría de los programas que vas a utilizar son completamente gratuitos. Argumentos de peso que te acaban de convencer. Como tampoco tus necesidades TIC son tremendamente específicas, decides darle una oportunidad: vas a migrar tu oficina doméstica a Linux.
¿Por dónde deberías empezar? ¿Qué equipo necesitas? ¿Funcionará tu impresora? Has oído que Office no tiene soporte para Linux…y para ti Office es importante …¿cómo podrás sustituirlo? Estas son algunas de las preguntas que vamos a responder en nuestra guía especial.
Escoge la distribución GNU/Linux adecuada
Una de las grandes ventajas pero también uno de los grandes desafíos que propone Linux al usuario que empieza a trabajar con este sistema operativo es el escoger la distribución adecuada.
En el universo Linux hay literalmente miles de distribuciones que sirven a propósitos bien diferenciados. Las hay orientadas al ámbito científico (Bio-Linux o Poseidon Linux), destinadas a arquitectos e ingenieros (CAELinux), creadores multimedia (Dream Studio, AV Linux) que exigen más conocimientos técnicos (Gentoo, Arch Linux, Slackware), pensadas para ordenadores antiguos (Puppy Linux) o pensadas especialmente para servidores (CentOS) o grandes empresas (Red Hat Enterprise Linux).
En nuestro caso, lo que nos interesa es disponer de un distribución fácil de utilizar, con gran soporte para periféricos y hardware y que tenga en el usuario doméstico y la pequeña oficina su público objetivo.
En este campo dos son las distribuciones que brillan con luz propia: Ubuntu y Linux Mint. Para los que quieran una interfaz similar a Windows o Mac y que no quieran complicaciones de ningún tipo, Mint es una apuesta claramente ganadora. En cambio a los que no les asuste un entorno de ventanas algo diferente (aunque igualmente sencillo de utilizar) deberían darle una oportunidad a Ubuntu, la que probablemente por otro lado es la distribución de Linux más popular.
Otras opciones os las mostramos en este artículo, en el que además de las distribuciones, os mostramos las principales diferencias existentes entre los entornos de escritorio más populares.
O compra un equipo con Linux preinstalado
Instalar Linux en un portátil o un equipo de sobremesa hace tiempo que dejó de ser una experiencia solo al alcance de “unos escogidos” y actualmente no es muy diferente a instalar cualquier otra aplicación de Windows.
No obstante, si estamos pensando en renovar nuestro equipo puede que tenga más sentido adquirir directamente un portátil o un equipo de sobremesa con nuestra distribución de Linux instalada. De este modo nos aseguraremos desde el minuto 0 que todo funciona como tiene que funcionar y que no hay ninguna incompatibilidad.
En este campo, fabricantes como Dell posicionan desde hace unos años portátiles equipados con Ubuntu. Su Dell XPS 13 se ha convertido en todo un referente en la comunidad linuxera. No son los únicos. En España empresas como Vant y tiendas on-line como PCubuntu también puedes ofrecerte los mejores equipos con Linux en su interior.
Impresoras y periféricos
Las distribuciones más populares y que ya hemos recomendado, incluyen un fantástico soporte para la inmensa mayoría de periféricos que podríamos utilizar en una oficina doméstica. En este terreno casi podríamos poner la mano en el fuego y afirmar que el 90% de las impresoras, multifuncionales, webcams, cámaras de fotos o discos duros externos van a funcionar sin problemas y a la primera.
En el caso que vayamos a adquirir un equipo nuevo no obstante, no está de más comprobar su grado de compatibilidad con nuestro sistema. En el caso de las impresoras por ejemplo, Ubuntu dispone de un Wiki que informa de su compatibilidad con las principales marcas y modelos que podemos encontrar en el mercado.
Por otro lado Canonical (la empresa que desarrolla Ubuntu) también tiene su programa “Ubuntu Certified Hardware” en el que las marcas de ordenadores y componentes certifican (una vez que examinadas por Canonical) que sus dispositivos son plenamente compatibles.
Tranferir tus archivos al nuevo equipo
Has puesto en marcha tu nuevo equipo y ya has instalado tu impresora y periféricos. El siguiente paso es trasladas la información con la que vas a trabajar a tu nuevo equipo. La forma más sencilla de hacerlo y tal vez la más rápida es contar con un disco duro externo. Ubuntu y la mayoría de distribuciones Linux soportan de forma nativa USB 3.0 por lo que si tu equipo tiene este puerto, invertir en un disco externo compatible con este protocolo no dejar de ser una gran idea.
Por supuesto no es la única forma de hacerlo. Podrías por ejemplo acceder a tu “viejo” equipo Windows conectándote en tu red local. El procedimiento es relativamente sencillo, pero tal vez puede asustarte un poco si no tienes ninguna experiencia con Linux. Puedes aprender a hacerlo sin demasiado esfuerzo siguiendo este estupendo tutorial elaborado por nuestros compañeros de MuyLinux.
Confiar en la nube es otra posibilidad. Servicios como Dropbox tienen aplicación nativa para Linux. Otras que cuentan con soporte oficial son SparkleShare, SpiderOak o Mega. En el caso de Google Drive, nuestra mejor opción pasa por Insync, mientras que para Microsoft OneDrive de momento no hay una forma sencilla de hacerlo, si bien en su momento en MuyPymes os hablamos de un método que podíamos utilizar.
Finalmente otra opción a nuestra disposición en utilizar BitTorrent Sync capaz de tranferir archivos entre dos equipos sin necesidad de transferir previamente nuestros documentos a un servicio cloud.
Tu suite de productividad
Windows y Microsoft Office. Este es el binomio que desde hace más de 30 años triunfa en prácticamente todas las empresas del mundo. Una vez que hemos conseguido determinar que Ubuntu o Linux Mint pueden sustituir a Windows es nuestra oficina en casa, llega el momento de determinar si existe un sustituto de garantías para Microsoft Office.
En este terreno OpenOffice y LibreOffice se presentan como las mejores alternativas a la hora de ofrecer una experiencia similar a la propuesta de Microsoft. ¿Cuál nos conviene utilizar?
Si bien es cierto que ambas comparten muchas características (editor de texto, hoja de cálculo, presentaciones) lo cierto es que en los últimos años la mayoría de los desarrolladores y la comunidad de usuarios se ha decantado por LibreOffice. En primer lugar porque OpenOffice adquirida en 2011 por Oracle (a través de la compra de Sun) ha sido abandonada un poco a su suerte, por mucho que actualmente su desarrollo haya caído en manos de la Apache Software Foundation.
En segundo lugar porque las principales distribuciones de Linux incorporan LibreOffice por defecto, por lo que finalmente la mayoría de los usuarios acaban por apostar por este fork de la clásica OpenOffice.org. Finalmente también destaca el hecho de que LibreOffice tiene un mayor grado de compatibilidad con los archivos de Microsoft Office y además visualmente está mucho más cuidada.
¿Qué ocurre en el caso de que realmente necesitemos utilizar Microsoft Office? En estos momentos Office 365 no es compatible con ninguna distribución Linux. Ni siquiera utilizando una aplicación como CrossOver o Wine, con las que sobre el papel podemos portar aplicaciones Windows para su uso en Linux, podremos hacer funcionar la última versión de la suite de Microsoft.
Sí podremos en cambio instalar Microsoft Office 2010 y puede ser una opción a tener en cuenta si tenemos que trabajar con archivos especialmente complejos, que incluyan macros, rutinas de programación, etc. Por último también podemos considerar darle una oportunidad a Office On-line, versión que podremos utilizar de forma gratuita y que si bien no es tan potente como en el escritorio, sí que nos ayudará a lidiar con los documentos más complicados.
Como ves migrar tu oficina casera a Linux no es complicado. Atrás han quedado los años en que los usuarios de Linux pasaban más tiempo configurando su equipo que utilizándolo de forma productiva. Linux con el apoyo de empresas como Canonical, Red Hat, Suse o Google, demuestra que cada vez tiene más sentido en el escritorio. ¿Por qué no le das una oportunidad?
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